Nadie es perfecto pero podemos ser mejores cada día de forma genuina. Hay dichos populares como: "si me amas no trates de cambiarme", "Quiéreme cómo soy". En cierto modo tendrían razón ya que en primer lugar nos enamoramos por lo que son en ese momento, sin embargo no quiere decir que el desarrollo personal quede ahí estancado, debemos seguir mejorando y aprendiendo dado que cada nuevo día y circunstancia son nuevas realidades, sobre todo ahora que ya no somos uno, sino dos en uno.
Los buenos modales le expresan a tu pareja: “Te valoro lo suficiente como para ejercer algo de dominio propio cerca de ti. Quiero ser una persona con la que sea un placer estar”.
Cuando un hombre es impulsado por el amor, se comporta en forma intencional de una manera que a la pareja le resulte más agradable. Si ella desea amarlo, resuelve evitar lo que a él le frustra y le molesta.
En una relación de pareja, lo equivocado, podría tratarse de tener la costumbre de decir palabras algo groseras, malos modales en la mesa o el hábito de hacer bromas sarcásticas. Desde cualquier punto de vista, a nadie le gusta estar cerca de una persona grosera. La conducta grosera puede parecerle insignificante a quien la practica, pero es desagradable para los que están cerca.
Cuando permites que el amor cambie tu conducta (aunque sea de la manera más insignificante) restauras una atmósfera de honor en la relación. Por lo general, las personas que practican una buena etiqueta aumentan el nivel de respeto en el ambiente donde están.
Casi siempre, la etiqueta que usas en tu casa es totalmente distinta a la que usas con tus amigos, o incluso con extraños. En tu casa, puedes gritar o poner mala cara, pero si suena el timbre, abres con una gran sonrisa y lleno de amabilidad. Sin embargo, si te atreves a amar, también querrás dar lo mejor de ti mismo a los tuyos. Si no dejas que el amor te motive a realizar los cambios necesarios en tu conducta, la calidad de tu relación sufrirá.
Las mujeres suelen tener mejores modales, aunque pueden ser groseras de otras maneras. El rey Salomón dijo: “Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera” (Proverbios 25:24 NVI).
De hecho, quizá no te des cuenta de lo desagradable que puede ser vivir contigo.
Pídele a tu pareja que te diga las cuestiones que le incomodan o le irritan de ti. Debes hacerlo sin atacar ni justificar tu conducta. Su perspectiva es la importante en este caso.
¿Te gustaría que tu pareja dejara de hacer todo eso que te molesta? Entonces, es hora de dejar de hacer todo eso que le molesta. ¿Serás lo suficientemente considerado y amoroso como para descubrir y evitar la conducta que hace que la vida le resulte desagradable a tu pareja? ¿Te atreverás a ser encantador o encantadora? Aquí tienes tres principios orientadores que se refieren a practicar los buenos modales en una relación de pareja:
1. Respeta la regla de oro. Trata a tu pareja de la misma manera en la que quieres que te trate.
2. Nada de distintos criterios. Ten la misma y aún más consideración con tu pareja que con los extraños y con los compañeros de trabajo
3. Cumple las peticiones. Considera lo que tu pareja ya te ha pedido que hagas o que no hagas. Si tienes dudas, pregunta.
En esencia, el amor genuino cuida sus modales. Adoptar este concepto podría traer aire fresco a tu relación.
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