Yo no me rindo aún estando tirado sobre las ceras, porque DIOS habrá querido que conozca bien los granos de arena.
Yo no me rindo aún cuando camine sosteniéndome el pecho, por el gran dolor que lleva mi corazón, porque es poder darse cuenta que uno amo con todo su ser.
Yo no me rindo aún cuando una gota no sea capaz de saciar mi sed, porque es que debo aprender por todo esos años que desaproveche el manantial que estaba bajo mis pies.
Yo no me rindo aún cuando mis lágrimas sean diarias, porque mi alma quien debe limpiarse para poder ser pura como siempre soñé.
Yo no me rindo ante nade, solo ante Dios porque él fue quien me creo, él es quién me quiere decir algo con todo lo que me ha pasado, porque él es el que me permite seguir aun de pie.
Yo no me rindo aún estando sin aliento porque nací guerrero y mi muerte no hablara más de un héroe que se mantuvo en pie.
El aire me agobia, los ruidos me aturden será que me estoy volviendo loca o tal vez estoy siendo realista.
Las noche no solo opaca el día, sino que deja ese misterio que entorpeció esa razón que pareció ser exacta mientras duraba el sol.
El cielo se ilumina con pequeños tesoros, mientras uno desea ser dueño del universo entero.
Las voces chillan como desafinando la brisa y son esos latidos auténticos los que le devuelven la calma al cielo.
Hoy se abren mis ojos, yo diría que por primera vez porque están descubriendo la esencia de la vida y enterrando aquello que pareció por un momento tan verdadero y solo resultaron ser adornos pasajeros.
M e enfrento a lo desconocido, solo llevando conmigo esta certera, esta convicción de sentirme vivo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario