En la noche oscura y el silencio me grita me atrapa la locura, se pierde mi cordura, veo la ejecución de mi corazón mientras en mi rostro rueda una lágrima sin contemplación.
La canción más triste, mi peor ilusión acabó con mi razón, mi gran maldición...
Ya no escucho los latidos de mi desgraciado corazón amarrado y condenado por un mendigado amor...
Brota una lágrima más y la última que quedaba mientras mis pupilas cansadas y testigos de mi dolor me gritan con pudor que se me acabó el amor y solo queda odio en mi interior...
En cada lágrima que dolió, un pedazo de la ilusión que no me dejaba vivir y te lloré tanto y tanto que te has ido de mí...
Solo quedan mis ojos irritados,
cansados de llorar y mi corazón desilusionado y acabado por haber querido amar...
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