En el rostro, vacío y sin felicidad...

Y se acaba…
se acaba la ilusión por reírte,
la ilusión por hablarte y mirarte.
No más confianza, no más palabras de madrugada.
No más, sin ti...
Creí que podría controlarlo...
Controlar en su justa medida... cada palabra, cada silencio, cada gemido, cada acción, cada llanto por ti…
¿Por qué todo duele tanto?
Duele sin ti, y duele contigo.
Si ya conozco el final de esta película... ¿para qué empiezo siempre a verla?
¿Qué necesidad hay de sufrir?
Sufrir y vivir van siempre de la mano.
No hay nada en este mundo que no me haga derramar lágrimas.
Lágrimas que se cuelan en el olvido,
lágrimas por algo no vivido,
lágrimas que queman y se graban sin hacer ruido.

En el rostro, vacío y sin felicidad
con el paso del tiempo,
se va marcando mi soledad.

En el espejo veo mi rostro,
mis ojos perdidos
sin brillo y sin ilusión,
y a la vez veo
una pequeña chispa de esperanza
a lo largo del camino.

Ni mi rostro, ni mi mirada es la misma.

Un poco mas sería mas desconfiada,
un poco a la defensiva, no lo se.

Lo único que se, que mi rostro no sonríe
desde que tú partiste,
y mi mirada triste
es porque no te mira mas.

Y el poco brillo que me queda
en mi mirada te busca,
porque ese brillo de esperanza
que hay en mi mirada
lo guardo para tu regreso...