En el vacío de la soledad, más allá de los silencios, un trino vaga después de la madrugada repitiendo cada vez con más fuerza el eco de la vida. El brillo resplandor del amanecer vence en nueva ocasión las sombras de la oscuridad, la inmensidad pronunciada en el oleaje de los mares esparce fina la espuma de la sal sobre cada costa donde las rocas muelen eltiempo en piel de ásperas arenas. Un recuerdo sepultado entre las memorias retorna para sentir la emoción del corazón, la mano tendida servirá de bastón a aquél que precisa levantarse en pie y el mundo agota amor en la desconsiderada burla que todos toman broma a la verdad.
Las espinas del monte han sido quebradas en heridas, el origen sano natural roído en lerdos campos rebozados en granos que nunca callan hambre para la humanidad, la tierra orea en sequías el calor del bosque que ya no está. El mundo ha silenciado el cielo con su maltrato y crueldad, el hombre escucha la ciencia valorando lo que nunca sabrá.
Cada quién hace de su huella un olvido arremetiendo los pasos del camino con el mismo error, nadie detiene marcha en la senda para dar espacio al silencio y escuchar con verdad al corazón, las piedras atravesadas hacia el destino son cuentas rígidas que golpeamos con la falta de amor. Solo en la necesidad del alma comprendemos el valor de una vida que no es más quien nos acompaña y nos reflejamos a semejanza en cada poblado del mundo conquistado en el peso quebrado de sentirnos abandonados por propia mano limpiando el llanto que pide piedad.
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