Amor sin poderío.
Se levanta el ceño de mi frente
y con notas se abate el alma mía,
melancólicos genios de mi suerte,
que no consigue la paz y la armonía,
Con las penas que la vida se resiente,
de algún porvenir que no se aguarda,
fatigado este amor ya tan doliente,
de sus brumas traidoras se resguarda.
Las ilusiones han perdido todo orgullo
ya no tienen ese ayer de ansias altivas,
ni siquiera sutil y cálido arrullo,
se ha secado el lugar donde se arriba.
Hoy se mese de orgullo el alma sola
se adormece este pensamiento mio,
como mares turbulentos con sus olas,
que va tras la corriente de algún río.
Asi es este amor, trémulo y frío
ha perdido ya los sueños y esperanzas
y negado en mi ser su poderío,
solo quedan las penas y añoranzas.
Se perturba todo afán frío y latente
rendido el corazón ante sus brumas
y las huellas se resisten inclemente,
huyendo a que el hastío las consuma.
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