AMOR, SIN ADIÓS
La tarde llegó con la brisa
de tu andar acompasado
para traerte a mis brazos
que amorosos cobijarán
tu cuerpo adorado.
Verte y tenerte ya es una
bendición, vida mía.
La espera se ha hecho larga
siglos de ausencia son los
segundos que no estás a mi lado.
Mi vida se vuelve una fiesta
cuando sé que tu ausencia se
hará presencia.
¡Qué fortuna señor!!
¡Qué alegría es tenerte
una ráfaga del tiempo!!
Mi pecho vuelve a revivir
al compás de mi corazón
enamorado y mi alma se
exalta al solo mirarte y
besarte en esa breve estancia.
¡Cuánto amor hay en mi Ser
para tu Ser, amor mío!!!!
Te amo con un amor intenso
que viene del mismo cielo y
no se puede medir con latidos
porque los abarca todos.
Antes eras un impalpable
hilo que comenzaba en mi
pecho y yo no sabía que ruta
seguía para llegar al final.
Pero un día de esos celestiales,
de iluminación tu apareciste,
estabas en el final tocando
el inicio y te reconocí.
Eras tú, cómo dudarlo.
Mi dolor, mi alegría,
mi vida entera y mi propio
Ser.
¡Eras tú, alma mía!!!
A veces es tanto el dolor
por la distancia, que quiero
cortar ese mágico hilo que
me une a ti eternamente.
Pero es más grande la pasión
que el mismo dolor y no se me
hace posible tal osadía.
No tengo dudas este amor le
pertenece a Dios y a él, le he
hecho entrega para haga
con éste según su voluntad.
¡Porqué, cuando el amor es de Dios,
no lo separa un adiós!!!

No hay comentarios:
Publicar un comentario