El carmesí tus labios
que me rozan a hurtadillas,
tiene gusto a sangre y a resabio
de sabores de alguna perfidia.
Tan ardientes y maliciosos
subyugan a mi boca,
dando toques fogosos
a cada poro de piel que tocan.
Y me estremezco en la necedad
libertina de mis sentimientos,
soy de tu propiedad
prisionero de tus besos.
Tirana humedad que ahuyenta
temores de soledades,
pero en cada encuentro laceran
momentos que he de darte
de mi vida que habita encarcelada
donde no existen muros ni rejas,
mi alma está condenada
y aún teniendo libertad...
por amor no se aleja.

No hay comentarios:
Publicar un comentario