DEJAME
Déjame ocultarme en tu recuerdo
Ser la niebla que atraviese tu ventana
En tu aurora ser la lluvia transformada
En las gotas que alivianen a tu alma.
Déjame perderme en todos tus sentidos
Con los versos de amor que hay en mi alma
Y en tu mar ser el caudal de olas de abrigo
Que entibien a tu ser en dulce calma.
Déjame ser quien te hable en tus sueños
Llévame silentemente a tu morada
Cúbreme el corazón con tu sustento
Borra en mi todo dolor con tu balada.
Déjame ir a tu lado en las montañas
Y en tu puerto ser la brisa que acaricie
En tu cielo ser gaviota enamorada
Con el viento ser furor en tus matices.
Déjame ser la palabra no hablada
El aliento que da brío a tu firmeza
Ser la fuerza escondida y pausada
Ser la sombra en tu mundo de nobleza.
Déjame ser estaciones conjugadas
Llámame entre tus líneas de lamentos
Siente en mí aquel espíritu atento
Que daría por ti la vida confiado.
Déjame ser aquel beso aun no dado
Ser la pagina azul que hay en tu cielo
Ser la lagrima que baje por tu pecho
Ser la aurora y el poniente pasajero.
Déjame ser quien te cure las heridas
Cuando todo lo que ves te dé la espalda
Ser el faro que te guie en la hondonada
Ser la huella que se marque en tu palma.
Déjame leer tu alma tantas veces
Como tantas hilvanarte la confianza
Que mis letras y las tuyas sean jueces
En un hilo fiel y firme de alianza.
Déjame ser en tu ocaso aquella fuente
Que de brillo a tus horas solitarias
Y a lo lejos déjame ser el afluente
De esta historia de nostalgias olvidadas.
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