Son tan pocas
las cosas necesarias
que anhelaba,
para hacer más radiante
mi existencia,
que hoy puedo decir tranquilamente
que la antorcha luminera de mi trocha,
se ha convertido de pronto,
en una estrella alumbradora
también de mi familia,
que aumenta su fulgor
y
no se apaga.
Eso es lo mismo
que todos necesitan,
pero pocos,
muy pocos se percatan
que la humilde sencillez
es invaluable
y
permiten
que la ambición los obnubile,
desperdiciando
las verdaderas delicias de la vida,
destruyendo posibles realidades...
ignoran que el dinero
no es el verdadero requisito
para disfrutar
la ofrenda merecida
y
poder regalar una sonrisa,
en el preciso instante
de darle a la ventura...
la adecuada bienvenida.
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