Aprende a vivir este día.
-No habrá otro igual-
Nuestras mochilas siempre están y estarán en nuestras vidas, ya es hora de deshacerse de las las mochilas de recuerdos y del dolor que en su momento te dejaron con el corazón destrozado.
Hay que saber tirarla a un lugar donde no la encuentres. O a su defecto, guardarlas en el fondo de tu corazón, porque no se puede vivir sin pasado pero de ti depende que ese pasado lo tomes como experiencia y no lo hagas parte de tu vida hoy mismo.
Da un descanso a lo que quedó atrás y no fue grato para tu vida. ¿Para qué recordarlo hoy? ¿Qué ganas con ello? Mejor guárdalo como en un rincón del alma… porque cuando piensas en ello duele y aún lo sientes en tu piel. ¡Olvídalo, eso fue AYER!
En nuestro interior siempre llevaremos mochilas en las que guardamos alegrías, ilusiones, penas y todos los sentimientos que nuestro corazón un día albergó. Algunas son bonitas y llenas de amor, pero al fin y al cabo también son mochilas y también pesan. Y entre una mochila y la otra, vivimos la vida agobiados por el ayer, miedosos por el futuro, con demasiado peso para nuestras vidas.
Debemos aprender a soltar, a dejar que nuestro día a día pueda ser vivido de a poco y lentamente, con una cosa a la vez. Un abrazo...
-No habrá otro igual-
Nuestras mochilas siempre están y estarán en nuestras vidas, ya es hora de deshacerse de las las mochilas de recuerdos y del dolor que en su momento te dejaron con el corazón destrozado.
Hay que saber tirarla a un lugar donde no la encuentres. O a su defecto, guardarlas en el fondo de tu corazón, porque no se puede vivir sin pasado pero de ti depende que ese pasado lo tomes como experiencia y no lo hagas parte de tu vida hoy mismo.
Da un descanso a lo que quedó atrás y no fue grato para tu vida. ¿Para qué recordarlo hoy? ¿Qué ganas con ello? Mejor guárdalo como en un rincón del alma… porque cuando piensas en ello duele y aún lo sientes en tu piel. ¡Olvídalo, eso fue AYER!
En nuestro interior siempre llevaremos mochilas en las que guardamos alegrías, ilusiones, penas y todos los sentimientos que nuestro corazón un día albergó. Algunas son bonitas y llenas de amor, pero al fin y al cabo también son mochilas y también pesan. Y entre una mochila y la otra, vivimos la vida agobiados por el ayer, miedosos por el futuro, con demasiado peso para nuestras vidas.
Debemos aprender a soltar, a dejar que nuestro día a día pueda ser vivido de a poco y lentamente, con una cosa a la vez. Un abrazo...
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